jueves, 22 de septiembre de 2005

Lost in translation, y el fraude Kampai

Acabo de ver (de nuevo) Lost in translation.
Y sigo pensando en su final. Alguien tiene alguna idea? Alguien puede darme una opinión? La película me gustó, aunque me resultó algo rara. Por qué terminas queriendo que se líen? Cómo puede ser tan tonta la amiga del fotógrafo? Y de la mujer del prota, que me decís? Entre el público con el que yo estaba dos opiniones claramente enfrentadas: la mala es ella - el malo es él. Por otra parte... esas escenas en las que ves al pobre actor completamente fuera de lugar: en el ascensor, en la piscina con las del aquaerobic, en su cuarto viendo la tv... os hacen reír o os crean cierto malestar? Y el siguiente de los debates, algo ya más frívolo... Qué pensáis de ella? Guapa o no? No sé... Son discusiones que se presentaron en la proyección y que ahora quería compartir cón quienes me vayan a leer. De todas formas, la que más me intriga es la del final... Me gustaría escuchar -leer- ideas.
Y respecto a los que sí leeran (porque como amigos que son les "obligaré" a hacerlo)... Chicos, que desilusión. estaba convencida que lo de kampai había sido una invencion vuestra... Y yo decía, "qué buen nombre, que chicos más listos estos..." Y descubro que no es original si no extraído de esta peli... Ahh...
Bueno, i will follow -U2-
MP

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leer para creer… Mira que no me gusta contestar a estas cosas, pero he de responder a quien sin enterarse, o sin quererse enterar, intenta manchar el buen nombre de una empresa ejemplar. Y eso que lo hemos explicado mil veces. El nombre de Kampai no surge de la película, sino de una conversación inolvidable con un afable japonés en un hostel de Viena. Esa noche aprendimos a brindar en japonés y en finés. -Lo siento, pero no hemos inventado cómo decir “salud” en japonés.- Pese a todo, desde esa noche “kampai” se ha convertido en un nocturno grito de guerra. Al debatir el nombre con el que bautizar nuestra marca, Javi propuso utilizar la expresión oriental. Porque había pasado a ser parte esencial de nuestra relación con la cerveza. Porque si no puedes decir kampai, si no puedes brindar con alguien, esa pinta no sabe igual y para eso surge Kampai. No pretendemos hacer dinero, ni ahorrarnos unos euros con la fermentación. Nuestra cerveza es algo propio. Así pues, Bill Murray no tiene nada que ver con la industria cervecil en Navarra.