
En fin...
Recordáis cuando comentaba que el cambio de año pasó casi indavertido para mi? Parece que ahora ha llegado mi particular año nuevo... Si... Vida nueva. Y el cotillón estuvo a la altura.
Ya no trabajo, se terminó mi beca. Y me he tomado cuatro días de vacaciones. Algo que casi se me había olvidado lo que era... Salvando las escapadas cubanas y jordanas no tenía un "unplugged" desde hace al menos un par de años. Y, tal y como me temía... no me han sentado del todo bien. Ya tengo en mente mil proyectos con los que volver a llenar mi agenda, hasta que quede a reventar... ya me conocéis. Soy tan alérgica al tiempo libre vacío como a quedarme en casa más tiempo del estrictamente necesario. Pero... en estos días libres uno se dedica a cosas extrañas. Además de las tareas domésticas me encuentro en un par de momentos mirando las antiguas fotos del ordenador con un nudo casi marinero, en la boca del estómago... La licenciatura, cuba, siria, noches locas, escapadas a la nieve y a la playa... Terrible... Mucho de eso no volverá. Ahora somos otros, amigos. Inmersos en esta vida del trabajador, a la que nadie nos había llamado. Y hoy me siento, con un caffé latte grande, a pensar en el antes y en el después... A celebrar mi particular año nuevo.